Nos recomendaron un lugar diferente, en cuanto a decoración y diseño interior, para aliviar las ganas de Gin Tonic y dando un paseo por las calles empedradas de Madrid enseguida llegamos a este lugar desde la Plaza del 2 de Mayo.
Ójala mantiene mucho de su origen: sus paredes, su escalera, su fachada… pero desde el minuto 1, nada más entrar, te quedas con los ojos abiertos mirando para arriba intentando entender dónde estás y qué es. Un tabique de acero y cristal te que envuelve hasta el techo y te provoca para entrar a un espacio “invernadero” donde las plantas a varias alturas cuelgan en macetas desde el techo. Cuando consigues encontrar el botón rojo, el coscorrón te lo llevas seguro, porque hay que ir sorteando las macetas colgadas! Es un lugar “trampa”: al buscar donde sentarte te darás en la cabeza (no creas que solo me ocurrió a mí).
Después de elegir en una carta variada, y charlar, por supuesto, fui al aseo, es mi visita “cotilla” y estaba en el sótano, así que pasé por un segundo espacio totalmente diferente al anterior con una decoración menos congestionada, cerca de la cocina-obrador, con una estructura de madera colgada del techo que arropaba todo el espacio repleto de mesas y bancos a varias alturas (todo obra de taller carpintero-herrero) y cuando acabé de bajar la escalera… me quedé alucinada…

¡¡Una playa en el sótano!!

Esto hay que verlo, si te lo cuentan no lo crees, aunque te lo repitan… no lo entiendes… hay que bajar a verlo.

La distribución original del local crea dos espacios en el sótano: una antesala más reducida que da paso a los aseos, y una sala grande con chiringuito incluido. Todo el suelo es de arena de playa, con asientos diseñados con varilla metálica lacada y asientos de colchoneta a rayas, luces de colores, mesas bajas de madera y música playera, hasta el punto de que en los aseos se han explayado ambientando con un psicodélico collage en el techo de los BEACH BOYS.
Ahora, con las fotos delante, entiendo algo mejor las formas poligonales: el local tiene un contenido diseñado a base de triángulos y líneas oblicuas. Partiendo de la barra no se han conformado con la forma rectangular, si no que visto en planta, la han extendido para crear una gran mesa central de madera de forma poligonal, que invade el espacio pero, que a la vez, invita a la charla entre clientes. Observa las formas… diría que vienen inspiradas del propio pavimento original de terrazo de toda la vida (ejemplo de cómo un material poco agraciado puede encajar en un ambiente). Lo primero que a uno se le ocurriría es ocultarlo con otro revestimiento pero, en este caso, es el leitmotiv de todo el aspecto formal del diseño interior. Así es como le doy sentido a todo este conjunto.

Sea o no tu estilo, sea o no mi estilo, a mí me ha gustado la experiencia. Espero que te guste… aunque hay que sentirlo. No dejes de ir. Encontrarás algo distinto y divertido.

Si quieres saber a qué me refiero con lo de “experiencia” te lo cuento en mi PechaKucha: Lugares con Experiencia, pero primero mira estas fotos.

Esta es la fachada, no entrarías si no hubieras leido este post, ¿verdad?

¿Qué cómo llegué aquí…? Nos lo recomendaron al pasar por la tienda “SINCLONNISON”

(Malasaña es Genial)